Ani perdió un zapato en la calle. No, esperen, era el zapato del cole que iba en una bolsa porque se iban a dormir a la casa del papá, no lo llevaba puesto.
El tema es que atrás de zapatito debía aparecer el príncipe azul para proponerle una vida de perdices y felicidad pero no, por más que esperamos un par de días ese hombre en corcel blanco no llegó, ni siquiera apareció el zapato. Con la más absoluta tristeza tuvo que salir a comprarse un par otra vez. Cheeeeeeeee!!!! mamá!!!!! ¿Será mentira lo de Cenicienta?, no hijita te juro que los príncipes existen. Ah, bueno, entonces sigo esperando como vos que te estás haciendo vieja mientras. ¿Le tendré que decir la verdad? Jajajajajjaajajajajajjaajaa!!!!!!!!!!!!!! ¿O es ella la quiere avivarme? ¡Qué mocosa de porquería!
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