20 de mayo de 2009

Después de todo la muerte es sólo un síntoma de que hubo vida


"Me jode confesarlo
Pero la vida es también un bandoneón
Hay quien sostiene que lo toca Dios
Pero yo estoy seguro que es Troilo
Ya que Dios apenas toca el arpa
Y mal"
Mario Benedetti, Bandonéon





Era chica o no tanto una incipiente adolescente quizás y apareció en ese cuaderno en el que tanto me gustaba escribir una poesía, la frase que me estremecía era "...porque eres linda desde el pie hasta el alma..." yo la leía y el cuerpo o el alma o no sé qué pero toda yo me inundaba de ternura. Así apareció don Mario Benedetti en casa, así empecé a leerlo, así quise saber de él, de su vida, de su dolor, de su lucha.
Uruguayo tenía que ser!!!!

Corazón coraza

Porque te tengo y no
porque te pienso
porque la noche está de ojos abiertos
porque la noche pasa y digo amor
porque has venido a recoger tu imagen
y eres mejor que todas tus imágenes
porque eres linda desde el pie hasta el alma
porque eres buena desde el alma a mí
porque te escondes dulce en el orgullo
pequeña y dulce
corazón coraza

porque eres mía
porque no eres mía
porque te miro y muero
y peor que muero
si no te miro amor
si no te miro

porque tú siempre existes dondequiera
pero existes mejor donde te quiero
porque tu boca es sangre
y tienes frío
tengo que amarte amor
tengo que amarte
aunque esta herida duela como dos
aunque te busque y no te encuentre
y aunque
la noche pase y yo te tenga
y no.

Si Dios fuera una mujer

¿y si Dios fuera una mujer?
-Juan Gelman

¿Y si Dios fuera mujer?
pregunta Juan sin inmutarse,
vaya, vaya si Dios fuera mujer
es posible que agnósticos y ateos
no dijéramos no con la cabeza
y dijéramos sí con las entrañas.

Tal vez nos acercáramos a su divina desnudez
para besar sus pies no de bronce,
su pubis no de piedra,
sus pechos no de mármol,
sus labios no de yeso.

Si Dios fuera mujer la abrazaríamos
para arrancarla de su lontananza
y no habría que jurar
hasta que la muerte nos separe
ya que sería inmortal por antonomasia
y en vez de transmitirnos SIDA o pánico
nos contagiaría su inmortalidad.

Si Dios fuera mujer no se instalaría
lejana en el reino de los cielos,
sino que nos aguardaría en el zaguán del infierno,
con sus brazos no cerrados,
su rosa no de plástico
y su amor no de ángeles.

Ay Dios mío, Dios mío
si hasta siempre y desde siempre
fueras una mujer
qué lindo escándalo sería,
qué venturosa, espléndida, imposible,
prodigiosa blasfemia.

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