15 de julio de 2009

Ex

Ser ex es el modo de seguir siendo algo que ya no se es ni se puede volver a ser. Alcanza escuchar esas dos letras reiterándose con firmeza para entender que el pasado habrá pasado pero sigue teniendo vigencia. Sin embargo, en el instante en que nos transformamos en ex "de algo o de alguien" ingresamos a una situación irreversible. Nunca volveremos a ser lo que fuimos. Antes no éramos ex de nada.

Así retornemos felices al mismo equipo, a los mismos brazos o a la misma situación. Igual, imposible. Antes no había nada que remediar, temer u olvidar. Antes ignorábamos que también para nosotros había una puerta y un cartel "feliz o triste" que decía salida.

Para ser ex de algo, un verdadero ex, es indispensable haber estado desprevenido. Ni imaginarnos que podíamos convertirnos en ex. Por eso son mucho menos ex los que se van que los que fueron invitados a irse.

La primera vez que nos convertimos en ex es una buena oportunidad para enterarnos de que no existen las garantías. Que nada dura, pase lo que pase o hagamos lo que hagamos. También para saber que no se puede ser ex de cualquier cosa. Sólo se es ex de lo que dejó marca. De lo que aunque sea por un instante nos sentimos parte. Éramos eso. Algo que en algún momento estuvimos dispuestos a defender, nos representaba y sobre lo que no quisimos escuchar opiniones. De eso se puede ser ex. De las situaciones en las que estuvimos como si nunca hubiéramos estado no es tan fácil.

Hay dos maneras de volver a una situación perdida: sin haber entendido qué fue lo pasó —forma rápida e inestable— y habiéndonos dado cuenta de algo. Esta última es más lenta, un poco más engorrosa e igual de inestable.

Aquí para seguir leyendo (pero para mí hasta acá es suficiente)

No hay comentarios.: